Tema 1.2 Construcción de acuerdos y consenso para la construcción de una cultura de la legalidad.
No Permisividad
No se debe caer en la permisividad o aceptación de "todo" lo que propongan los alumnos(as). Por ejemplo, en la elaboración o construcción de las normas es muy importante que la autoridad del docente procure que las normas no atenten contra la dignidad de las personas o, en otras palabras, que se respeten los derechos de todas y todos.
"No pueden permitirse o aceptarse normas que sean violatorias de los derechos humanos, aún cuando sean apoyadas por la mayoría".
Además de que sean consensuadas con las y los alumnos, se recomienda que las normas sean realmente efectivas para regular la convivencia solidaria en el aula.
Es importante mencionar que puede discutirse el reglamento en un tiempo considerable para hacer cambios pertinentes, pero existen normas que no están a discusión o a negociación, pues son las que establecen el "núcleo duro" de respeto a la dignidad e integridad de todas y todos. De manera general, las reglas efectivas deben:
- Enunciarse de manera clara. Será más fácil para las y los alumnos disciplinarse si conocen claramente el contenido de las normas.
- Ser concretas y que se presten lo menos posible a interpretaciones.
- Ser realizables. No se deben poner normas cuyo cumplimiento sea imposible.
- Que sean pocas y breves. No es necesario que todo esté estrictamente reglamentado, sólo lo más importante o necesario.
- Enunciarse en positivo y que se tengan en un lugar visible.
Una vez establecidas las normas, que no son inamovibles, es importante que se respeten (estricto con las reglas) pero sin maltratar (condescendiente con las personas). "Nada justifica el maltrato". Los docentes deben ser tan firmes como amables. "La firmeza indica respeto por uno mismo y la amabilidad muestra respeto hacia los demás".
Cuando se quebrantan las normas o los límites de seguridad no se debe permitir la impunidad, se deben aplicar siempre las normas establecidas a todas las personas, de lo contrario se promueve la idea que no importa lo que se haga, se puede salir bien librado. Ser firme o duro(a) con la reglas significa simplemente aplicarlas siempre y sin distinciones. Ser firme no implica, ni justifica conductas o actitudes de los docentes que denigren u ofendan a los(as) alumnos(as). El que no se cumpla o se viole una norma no debe convertirse en un pretexto para insultar o tratar mal a quienes la infringieron.
Es responsabilidad del docente controlar sus emociones e impulsos para evitar violentar a los educandos, pues en general la violencia fomenta el deseo de venganza. La tarea de quien educa, cuando se incumple una norma es, en primer lugar, aplicarla y dejar que se den las consecuencias. Para ello es importante no caer en los extremos para evitar generar confusión en los educandos. En el justo medio tenemos tanto el núcleo duro inflexible como el respeto a todas y todos y las reglas que eventualmente se pueden modificar o negociar, como los tiempos de descanso o las actividades recreativas.
Para la práctica de esta pedagogía se recomienda:
- Ser consecuente.
- Aplicar las reglas establecidas a todas las conductas que lo requieran.
- No hacer promesas que no se puedan cumplir y cumplir lo prometido, de lo contrario, se pierde autoridad frente al alumnado.
- Fomentar la autoimagen, el aprecio y la autoestima de cada estudiante.
- Valorar a los estudiantes por lo que son.
- Enfatizar sus virtudes y sus fortalezas.
- Utilizar más tiempo en alentar que en corregir.
- Tomar en cuenta los cambios positivos sin magnificarlos.
- Valorar a los estudiantes como personas únicas y evitar comparaciones.
- Respetar y tratar dignamente, en todo momento, a los estudiantes.
- Ser empático(a).
- Mostrarse cariñoso(a) y firme, permitiendo que el estudiante se sienta comprendido(a).
Al establecer las normas es importante definir las consecuencias que tendrá el incumplimiento. Cuando las y los alumnos saben qué va a pasar si no respetan una norma, podrán elegir entre ésta o la consecuencia. La función del docente será mediar éstas, pues a veces sus propuestas no son del todo lógicas.
Cuando se presente una acción que no se encuentre establecida en la lista de consecuencias, se sugiere que las y los alumnos que violaron una norma puedan ser los primeros en proponer la consecuencia; si no es satisfactoria, se pide el consenso del grupo. De esta manera se promueve que aprendan a asumir las consecuencias de sus actos. Al respecto, algunos autores hablan de las tres "R": Reconocer, Responsabilizarse y Reparar. "Reconocer, es darse cuenta de la acción realizada u omitida; responsabilizarse, es la capacidad de responder ante las consecuencias, y reparar el daño, es la capacidad de subsanarlo".